La elección presidencial 2016 llegó a su fin y los votantes estadounidenses enviaron un mensaje contradictorio. Aparentemente, el nuevo presidente electo NO obtuvo la mayoría de votos, pero si obtuvo los votos del colegio electoral necesarios para lograr la presidencia. Para algunos esto es motivo de alegría y para otros, de gran ansiedad. Esta es la democracia en la que vivimos y debemos respetar los resultados.

Sin embargo, también vivimos en una democracia en la que la gente debe pedirle cuentas a los gobernantes electos para tener un país que acepta la diversidad, promueve oportunidades económicas para todos, y se apoya y construye sobre el legado de sus inmigrantes.

Nos preocupa profundamente que el presidente electo planee seguir haciendo de los inmigrantes el chivo expiatorio de una retórica errónea que promovió durante la campaña.

En particular, estamos preocupados por la promesa realizada durante su campaña de eliminar la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) o mejor conocida como la Acción Ejecutiva para los SOÑADORES (DREAMERS). En mi opinión, la eliminación de esta acción es inmoral, es políticamente poco inteligente y sin ningún sentido en el aspecto económico.

La mayoría de los SOÑADORES forman parte de familias de diverso estatus legal que incluye ciudadanos estadounidenses y residentes legales que estudian y/o trabajan para contribuir a la fortaleza de esta nación. Los SOÑADORES suman a la economía del país, no restan; es por eso que debemos apoyarlos activamente. Su contribución al tejido social de este país es contagiosa.

Estos jóvenes, mujeres y hombres, están llenos de energía y tienen un enorme optimismo y sentido del compromiso con el único país que conocen: los Estados Unidos. Son SOÑADORES y si se les da la oportunidad, mejorarán nuestras comunidades y fortalecerán nuestro país. Es por ello que debemos rechazar las propuestas inmigratorias apoyadas por el nuevo presidente electo y unirnos como país para propiciar el compromiso y la participación civil con el fin de crear un futuro inclusivo y de esperanza para todos.

El cielo no se vino abajo el día despues de la elección presidencial. De hecho, fue un día soleado y luminoso, y nos recordó a todos los que somos parte de TRP que nuestra misión sigue siendo la misma: estamos comprometidos a actuar basándonos en la fe y en nuestros valores para continuar desarrollando relaciones fructíferas, y comunidades comprometidas y saludables para todos.

Atentamente,

Raúl Raymundo, Director Ejecutivo de TRP